lunes, mayo 28, 2007

Descripción de la elección directa

Pido disculpas por el retraso en publicar el material, si hay alguien esperando. Apenas tengo tiempo de escribir, y la baja participación en las elecciones, que pienso que es motivada por la falta de alternativas y el pasotismo de la gente, también desmotiva bastante.

En el sistema electoral en el que yo voto (España) prácticamente no existe la elección directa, y es triste, porque cuando un cargo tiene cierta importancia (tiene funciones que no han de ser supervisadas), debería ser elegido directamente, y no de forma interpuesta.

A pesar de existir en otros países, en pocos de ellos siguen un sistema razonable, y es muy sensible al número de candidatos, a la vez que no permite la evolución de candidatos nuevos sin un apoyo del sistema establecido (partidos grandes, grupos de presión...), y suele castigar muy duramente escisiones de una misma idea política (matices).

Una variación del sistema propuesto por Condorcet hace muchos años es una manera relativamente justa de elegir un candidato único, con permiso de la (aparente) paradoja de Arrow (también llamada de Condorcet), que por cierto afecta también (mucho más) a los demás sistemas electorales.

La idea es no votar un único candidato, si no un orden de preferencia. El que pueda haber o no empates es irrelevante (debe estar contemplado en la normativa). Además, el orden de preferencia debe estar baremado (el baremo se usa para deshacer ciclos, los verdaderos protagonistas de la paradoja de Arrow). El baremo puede ser de 0 a 100. Dos personas empatadas (si lo permite la normativa) han de tener el mismo baremo, y si una persona está por delante de otra, su puntuación ha de ser superior. El cómputo de los votos se realiza usando dos tablas de doble entrada, en el que cada fila representa, al igual que cada columna, un candidato.

De cada voto se obtiene una preferencia entre cada par de candidatos. Cuando un candidato a está por delante de otro b en uno de los votos, se añade un punto en la casilla horizontal a de la columna b en la tabla 1, y se añade la diferencia de baremación en la misma casilla de la tabla 2.

Como se observará, el recuento es mucho más largo que contar sólo el candidato más votado, pero es la manera más eficaz para despejar enmascaramientos de un candidato por otro.

Cuando se acaba el recuento tenemos en la tabla 1 una comparativa de cada candidato con todos los demás. A un lado de la diagonal se ve en cuántas papeletas es favorito sobre el otro, y en su simétrico aquellas en las que sucede lo contrario. En este caso, se pueden dar dos circunstancias, en función del número de candidatos y de la forma en que se hayan manifestado los votantes.

El caso más sencillo sucede cuando uno de los candidatos es preferido a todos los demás (horizontal mayor estrictamente a la vertical). En ese caso (ganador de Condorcet) es el que elegimos, renunciando a mirar siquiera la segunda tabla. Si tenemos un número bajo de candidatos es muy probable que se dé esta situación, aunque la probabilidad no tienda (al parecer, es muy difícil estimar el comportamiento electoral de masas ante un sistema apenas experimentado) a cero cuando aumenta el número de votantes, como los empates en los votos de apoyo a un único candidato. La cosa se complica cuando no hay un ganador de Condorcet. En ese caso, tenemos un conjunto de posibles ganadores que ganan cualquier comparación con un candidato de fuera del conjunto. Es fácil encontrar tal conjunto en la tabla, hallando el menor perdedor (nadie es un ganador absoluto) y marcando los que le superan, y los que superan a éstos, hasta que nadie de los no marcados los supera.

Para romper los ciclos se recurre a la tabla 2. En ella se puede leer cuánto valen (en puntos subjetivos) las victorias y las derrotas, restando cada valor de su simétrico respecto a la diagonal. Hay varios sistemas de evaluar esta tabla, ninguna de ellas cumple la condición fuerte de Arrow, que votos a terceros no influyan en la valoración entre dos, pero la influencia se puede llegar a disminuir razonablemente. El sistema de desempate más sencillo consiste en el siguiente: Se busca el valor más alto y se fija la superioridad de un candidato frente a otro. Después se buscan los siguientes, por orden riguroso. Si no entran en contradicción con lo que se ha fijado anteriormente, se fija la posición de un candidato sobre otro, pero si entra en contradicción (produce un ciclo no transitivo del tipo a mejor que b, b mejor que c, c mejor que a), se desprecia este valor (se invierte la preferencia, por ser más débil que las anteriores).

Cuando se acaba de ubicar a los candidatos, el que queda por delante de todos es, evidentemente, el primero.

Fuente principal (en inglés): Métodos de elección

3 comentarios:

Proble Mático dijo...

Dentro de un tiempo, pondré un ejemplo detallado.

Anónimo dijo...

Un poco complicadillo sobre el papel y complicado de aplicar no?

Proble Mático dijo...

No se trata de sencillez (más sencillo es dejar elegir sólo a uno, y contar el número de votos). Se trata de que el número de opciones no influya en quién es elegido, que haya más diversidad de oferta sin que eso altere el resultado y que la gente vote realmente según sus intereses, en lugar de fomentar el desmotivante "voto útil"